La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, y el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, acompañados por Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba; Carlos Zurita, duque de Soria y presidente de la Fundación Amigos del Museo del Prado; José Pedro Pérez-Llorca, presidente del Real Patronato del Museo del Prado; y Miguel Zugaza, director del mismo, han inaugurado la instalación especial de los cuadros la Virgen de la granada y el Funeral de San Antonio abad de Fra Angelico en el contexto de la colección.
Tras la aprobación de la adquisición de la Virgen de la granada y la aceptación de la propuesta de donación de Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, XIX duque de Alba de Tormes, del Funeral de San Antonio abad, ambas obras de Fra Angelico, el pasado miércoles en la sesión plenaria del Real Patronato del Museo del Prado, el Museo del Prado expone en la sala 49 estas obras por un período de tiempo algo superior a un año.
La adquisición de la Virgen de la granada supone la incorporación de una obra maestra extraordinaria en un admirable estado de conservación, destinada a convertirse en uno de los iconos del Museo del Prado.
La incorporación de ambas obras al Museo del Prado constituye un refuerzo extraordinario a su colección de pintura italiana del primer Renacimiento, ya que la colección pictórica del Prado, aunque excepcional, presenta dos llamativas lagunas, como consecuencia de circunstancias históricas (pintura holandesa del siglo XVII) y avatares del coleccionismo (pintura italiana anterior a 1500). Esta segunda laguna se explica porque, cuando esta pintura empezó a interesar en el siglo XIX, ni el recién creado Museo del Prado ni los coleccionistas españoles pudieron competir con sus homólogos americanos y europeos por su adquisición. La reducida, aunque no exenta de obras maestras, colección de pintura italiana anterior a 1500 ingresó en el Museo del Prado, en su mayor parte, avanzado el siglo XX, gracias al legado de Francesc Cambó.
Virgen de la granada, c. 1426
La Virgen de la granada es una obra extraordinaria pintada en uno de los momentos decisivos de la historia del arte europeo: la Florencia de principios del siglo XV, por uno de sus actores principales: Guido di Pietro (Mugello, 1390-Roma, 1455), más conocido como Beato Angelico o Fra Angelico.
La Virgen de la granada forma parte de una serie de Vírgenes con Niño que Fra Angelico pintó en la década de 1420 y que delatan su progresivo dominio de la anatomía, la luz y el espacio. Toma su nombre del fruto que sostiene la Virgen y atrae la atención de su hijo, que la toca. En este contexto, la granada tiene un doble significado: en manos de la Virgen alude a su castidad; al tocarla el Niño Jesús, prefigura su muerte y resurrección. Esta iconografía disfrutó de gran predicamento en la Florencia del siglo XV, atrayendo a pintores como Sandro Botticelli o Leonardo da Vinci.
Se ignora para quien fue pintada la Virgen de la granada, pero sí se puede asegurar que se trató de un encargo excepcional dada la extraordinaria calidad de los materiales utilizados en su realización. Destaca sobremanera la abundancia de oro, no sólo en áreas visibles, como el paño de honor, también como base para el suelo con hierba donde se asientan las figuras.
Funeral de San Antonio abad, c. 1426-30
(Donación de don Carlos Fitz-Stuart y Martínez de Irujo, XIV duque de Alba de Tormes, al Museo del Prado)
Se trata una de las escenas de la predela de un retablo dedicado a la vida de San Antonio Abad, monje fundador del movimiento eremítico. Esta tabla se ha tenido siempre como obra de la escuela o círculo de Fra Angelico, pero tras su reciente estudio y restauración en el Museo del Prado, puede afirmarse que fue pintada por el propio Angelico. Respecto a su cronología, parece adecuado sugerir una fecha de realización próxima a la de la Virgen de la granada, en los años finales de la década de 1420.
El formato original de la obra ha sido manipulado (la predela debía ser una sola pieza con diferentes escenas) y presenta un desigual estado de conservación, estando mejor preservada la parte derecha que la izquierda, donde debió recibir, probablemente durante la Guerra Civil, un golpe que afectó a los rostros de los monjes a los pies del santo. Su reciente restauración en el Museo del Prado por parte de Rafael Alonso ha devuelto a la obra sus calidades originales.
Como la Virgen de la granada, el Funeral de San Antonio abad fue adquirido en Florencia en 1817 por Carlos Miguel Fitz-James Stuart y Silva, XIV duque de Alba de Tormes, y desde entonces ha estado en posesión de la familia.